martes, 29 de mayo de 2012

Limelight

Charles Chaplin
Hablar de Charles Chaplin es hablar de uno de los artistas más completos de la historia del cine clásico y del cine en general. Ejerció las facetas , y de forma sobresaliente, de director, productor, actor cómico (aunque combinó la tragicomedia como veremos a continuación) y compositor. Uno de los maestros del cine mudo, para mí el máximo exponente, que aún con la introducción del cine sonoro en la industria del celuloide, no lo necesitó para seguir haciendo operas primas del cine mudo, y del cine en general, como  lo hizo con Tiempos modernos (1936), aunque bien es cierto que sí introdujo efectos sonoros en esta película, e incluso la voz del propio Chaplin sonó mientras cantaba una versión de la canción de Léo Daniderff, Je cherche après Titine, pero con una letra en un idioma “inventado” mezcla de francés e italiano, y algo de inglés.

Frame de Candilejas


Pero hoy quiero escribir sobre la que, para mí, es la mejor película, la que más me gusta de Chaplin, en la que no aparece Charlot
, (personaje principal en la mayoría de sus filmes, tanto en cortometrajes como largometrajes) sino Calvero, el protagonista de la última producción hecha por Chaplin en tierras Estadounidenses debido a que a este le denegaron el permiso para reingresar en los Estados Unidos, tras el viaje que hizo a su tierra Inglaterra, con el motivo del estreno de la película de la que vamos a hablar en esta entrada precisamente.El film en cuestión lleva como título Candilejas (1952). 
Es de justicia hablar, o en este caso escribir, sobre una de las películas menos conocidas del artista británico, y con más sensibilidad que nunca se haya visto en una pantalla.

Situada en Londres durante la Primera Guerra Mundial, donde un veterano cómico, alcoholizado y en decadencia, salva del suicidio a una joven bailarina, a quien lleva a su casa y la cuida en los días posteriores. El intento de suicidio le produce a
Thereza, que así es como se llama la joven, un trastorno que le hace creer que no puede mover las piernas. Calvero la ayudará a caminar de nuevo y a recuperar la afición por la danza. Además, Calvero es abandonado por el público, Terry (nombre con el que llaman a Thereza los más allegados) se enamora de él, quien la rechaza por pensar que una persona tan joven no puede estar con alguien de su edad.

Muchos de los que conozcan la vida personal de Chaplin verán en esta película un film con muchos trazos autobiográficos, e incluso en una de las escenas del final se puede ver a Chaplin y a Buster Keaton , en la que se puede considerar la despedida de dos genios cediendo, resignados, el relevo a los nuevos artistas.

Por último decir que la banda sonora firmada por Chaplin, al igual que la dirección, el guión y la producción, es una de las mejores
composiciones creadas en la historia del cine, la cual 21 años después, el cómico británico, recogió su único Oscar por esta magistral partitura.


Os dejo con la escena mencionada anteriormente, en la que aparecen Chaplin y Keaton.




sábado, 12 de mayo de 2012

Berlanga y la censura en los años 50.

Luis García-Berlanga
En los años 50, el cine en España estaba respaldado por una industria en la que las productoras cinematográficas realizaban, en su mayoría, películas de carácter integristas. Se ensalzaba los valores de la religión católica y los de la doctrina tradicional, basados en los principios antiliberales. Este era el cine oficial que se hacía en la época, pero que no se atrevían, lógicamente, a llevar a festivales como el de Cannes, Venecia o Karlovy Vary (el cual ha recuperado su importancia en la década de los 90, marginado durante la época de la guerra fría favoreciendo otros como el de Moscú), para dichos festivales se tenían a directores de dudoso carácter “progre”, los cuales no parecían peligrosos a ojos del Régimen. Como ejemplos podemos poner en 1951, junto a la gran Los olvidados de Luís Buñuel (mejor director), a una de las seleccionadas: La virgen gitana de Ramón Torrado, o en 1954 Todo es posible en Granada de Carlos Blanco y José Luis Sáenz de Heredia.

Yendo a Luís Gracía-Berlanga, vais a permitir pasar por alto la película co-dirigida junto a Juan Antonio Bardem, en la que este último se encargaba de la dirección de actores, y Berlanga de la dirección técnica Esa pareja feliz. Este film se produjo en 1951 y no fue hasta dos años después cuando se hizo pública, pero no por intervención de la censura, sino por motivos económicos principalmente.

La primera película dirigida en solitario de Luis García-Berlanga fue Bienvenido, Mr Marshall (1953), el guión corría a cargo del propio Berlanga y Juan Antonio Bardem, y Miguel Mihura colaborando en los diálogos y en las letras de la música del maestro Juan Solano Pedrero.

En cuanto a la censura de Bienvenido, Mr Marshall se dan dos casos, uno por parte de la productora UNINCI (no solo en esta película, más adelante profundizaremos) que hizo retrasar la salida de Bienvenido… para favorecer la publicación de Día tras día, film de Antonio del Amo, más rentable, a priori, comercialmente. La otra censura es la gubernamental, la cual hizo eliminar escenas, como la del sueño erótico de la maestra que es violada por un equipo de rugby.

Portada y fotograma de "Bienvenido..."


Otra escena fue censurada pero esta vez en el festival de Cannes, en la que fue premiada mediante una Mención del Jurado. EL pasaje suprimido fue en el que aparece en cuadro una bandera de los Estados Unidos arrastrada por el agua de un riachuelo. No fue el único incidente en Cannes. Como forma de publicitar la película, los productores imprimieron y repartieron billetes (dólares) con la cara impresa de Pepe Isbert y Lolita Sevilla. Esto hizo que los productores, junto con Berlanga, acabaran en comisaría, acusados de falsificación de moneda, aunque la cosa no fue a más.


Novio a la vista.
Un año más tarde, en 1954, se rodó Novio a la vista la cual no planteaba ningún hecho censurable, pero es en esta película cuando se da algo fuera de lo común. Una vez rodado el film, basado en el guión original de Edgar Neville titulado Quince años, los censores en vez de eliminar o hacer modificar alguna escena o parte de la película, hizo (y esto es lo insólito de la situación) incluir una escena que no estaba ni tan siquiera grabada.
La censura decide tomar parte en esto porque en una escena, concretamente en la que niños y mayores batallan, termina con estos últimos como perdedores. Al principio de la película, estos mayores salen en pantalla diciendo que son generales y la censura piensa que al tener éstos ese rango militar, no debe permitir que se vea a unos generales españoles siendo derrotados por unos niños cuyas armas son piñas, y que utilizan como trinchera lo que queda de un pequeño castillo casi destruido. Por eso obliga a Berlanga a añadir una escena en la que las mujeres de estos generales, desmienten la posición de sus maridos añadiendo al diálogo frases como: "Parece mentira que mi marido, que es abogado, se empeñe en decir que es general" . Quizá esta sea, de verdad, el primer cara a cara de la censura con Berlanga, porque es la primera vez que le hacen modificar una obra antes de publicarla.


Los Jueves, milagro.
Por último hablaremos de Los Jueves, milagro. Llegó tres años más tarde, en 1957, un film en el que la censura (sobre todo la eclesiástica) estuvo constantemente entorpeciendo rodaje. De hecho la película no está acabada como la concluyó  el maestro Berlanga. El productor de la película, miembro del Opus Dei, decidió que Jorge Grau cambiara el final de la original, y es esa la que llega a nuestras pantallas. Berlanga ese mismo año públicamente repudiará el film.


Los Jueves, milagro cuenta la historia de un balneario situado en Fontecilla, en el que su actividad era prácticamente nula, por eso a los dueños se le ocurre una idea para recuperar la actividad del balneario. Esta idea consiste en hacer creer que San Dimas se ha aparecido allí y con ello aprovechar para vender el "agua milagrosa", velas, estampitas, etc y recuperar el negocio.
En el final original es San Dimas (se supone) el que se aparece y pone al descubierto a los farsantes y deja su ficha policial; esto es lo que la censura no pasa por alto. Ullastres, el productor de la película "opusdeiano" obliga a Luis a cambiar el final, quien se niega y es entonces cuando, como hemos dicho antes, se le encarga a Jorge Grau el final que tiene el film, en el que en vez de dejar la ficha policial, San Dimas deja una carta que versa sobre la fe y , además, una foto del propio San Dimas.


La película es tachada por los de un lado como incorrecta católicamente hablando, y por los del otro lado (los "progres" de la época) como una película de militancia católica, que además obtuvo el premio en el Festival de Cine católico de Valladolid.
Hoy en día no hay duda  que el film tiene claros matices en el que se critica los aspectos o hechos católicos de la época, así como de la fe y religión en general.

lunes, 7 de mayo de 2012

Berlanga

Esta semana publicaremos una entrada en el blog sobre Berlanga y la censura de sus primeras obras. Este director de cine valenciano, cuyo apellido da nombre a situaciones, actitudes y sucesos, es de sobra conocido en el mundo del cine y fuera de él; por si aún hay alguien que no sepa del gran maestro, ahí va un adelanto: